El talento que tiene cada persona es lo que le lleva a decidir si está apto para ocupar un determinado puesto de trabajo. Pero obviamente ese no es el único requisito. Muchas veces las personas no se sienten capacitadas para ocupar un puesto y sucede que en ocasiones personas con talento consiguen un trabajo que está por debajo de sus habilidades mientras otras personas no tan preparadas consiguen un trabajo que requiere de una mayor capacitación.
Siempre cuando te encuentras frente a un puesto de trabajo debes estar muy atento a las señales que te indican que el trabajo no puede ser para ti, aunque tu perfil encaje perfectamente con la vacante.
Si luego del proceso de selección decides rechazarlo no es una locura. Debes medir si ese puesto de trabajo es sostenible en el tiempo, si te aporta a tu vida profesional a largo o mediano plazo antes de aceptar ese puesto.
La otra cara de la moneda es que no estés preparado para ese puesto y eso debes asumirlo con responsabilidad. Quizás esa es la señal que esperas para ponerte manos a la obra y subir tu nivel, prepararte, estudiar y lograr estar a la altura de ese puesto que quieres.
Aunque muchos especialistas aseguran que no estamos nunca totalmente preparados para hacer nada importante, diferente o retador, pero sí nos es posible identificar que tanto podremos asumir de un puesto para el que no tenemos la suficiente preparación.
La vida es tan corta que no nos da tiempo de ser los mejores, los más preparados o los mayores expertos en nada. Siempre habrá alguien con más experiencia, más elocuencia, que corra más o que sea más guapo. Y siempre podremos perder un kilo más, leer un libro más, pedir una opinión más, darle una vuelta más.
Estar totalmente preparado para cambiar algo que no es lo que quieres, para tomar una decisión, para probar algo nuevo, para retarte a ti mismo, para perseguir tus sueños… es como esperar a encontrar un unicornio. Las dudas siempre van a estar pero debes confiar en ti mismo.
No es lo mejor aceptar puestos para los que no estas preparados, pero ciertamente es el momento de comenzar a trabajar por ello, mejorar y crecer para llegar al punto de poder aceptar esa vacante que tiempo atrás consideraste imposible. El puesto soñado, para el que no estabas preparado debe ser la motivación.